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lunes, 5 de noviembre de 2007

el régimen político y la cuestión del conflicto

el régimen político y la cuestión del conflicto

En el caso de Moro es más fácil comenzar hablando del régimen que desaprueba. En ningún momento de su obra él dice textualmente a qué tipo de régimen se opone, pero en el libro primero deja entrever constantemente sus críticas a la sociedad inglesa del siglo XVI y su sistema de gobierno. Él veía que la causa fundamental de conflicto, desencadenante de otras múltiples problemáticas, era la propiedad privada y el régimen que se erigía sobre éste.

Es justamente esta crítica al régimen existente lo que motiva la construcción de su República o Estado Ideal Utopía. Pero aquí tampoco encontraremos de una manera clara el régimen político que Moro defiende, quizás, porque no defiende ninguno. En el libro segundo veremos cómo Moro describe y prescribe una sociedad, radicalmente distinta a la suya, enumerando las características de esta república ideal, entre ellas: la distribución geográfica de sus ciudades, sus costumbres, forma de vida, religión, en qué se basa su economía; lo que no está muy detallado por el autor es la constitución política de Utopía, limitándose a simples descripciones de cómo se eligen las autoridades y sin ahondar en sus funciones y atribuciones, que, ciertamente, se hacen difíciles de imaginar teniendo en cuenta que en la sociedad utópica no existe el conflicto. Ningún detalle, por mínimo que pareciere, sobre la isla de Utopía mencionado en el libro segundo, es casual; cada uno está conciensudamente pensado por Moro y tiene una finalidad y funcionalidad social: erradicar el conflicto, evitar su surgimiento. Para aclarar mejor esto: Moro en su sociedad real, en la que vivió, observó que el principal eje de conflicto de los problemas que estaban atravesando a Inglaterra era la propiedad privada. Con este libro no busca la forma de solucionarlo, directamente funda un país (ideal) en el que el conflicto ni exista. En Utopía no hay transcurso del tiempo, porque no hay conflicto –ni posibilidad de que lo haya– y tampoco cambio. Por consiguiente surge el interrogante sobre la relevancia del régimen político ya que no hay conflicto que administrar ni relación entre gobernantes y gobernados. A demás, en Utopía había una gran igualdad entre sus ciudadanos y, como bien lo analiza Morton en el libro La filosofía política clásica, si bien había una cierta jerarquía en Utopía con respecto a los magistrados, estos no tenían privilegios ni sostenían relaciones de explotación o dominación "contra" el pueblo.

Es por esto que aquí el régimen político pierde identidad, así podríamos calificarlo como régimen de la nimiedad, aunque si nos atuviéramos a la manera en que se eligen los magistrados también podríamos llamarlo monarquía electiva (porque hay un príncipe elegido indirectamente por los Sifograntes –éstos sí, elegidos directamente por el pueblo–).

Martín Lutero tampoco hace una mención explícita del régimen político que defiende, pero teniendo en cuenta los factores que más adelante mencionaré podremos clasificarlo. Pero para ello me resulta necesario describir las atribuciones que el poder político tiene para Lutero, aunque de esta manera esté contestando parte de la pregunta 2).

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